Quería escribir algo bonito, pero es muy tarde.
Quería trabajar concentrada, pero me aburro.
Quería comer mejor, pero esa chocolatina me hacía ojitos.
¿Qué hacer cuando las cosas dejan de salir según el plan?
Un mal inicio no significa un mal final. No voy a derramar todo el vaso con agua si solo unas gotas salpicaron fuera de él.
Siempre se puede corregir el rumbo, no botar todos los avances a la basura. Yo soy la primera que tenía que recordarlo, por eso lo anoto.
Cierra los ojos, respira hondo y, en cuanto estés lista, continúa, que de a pequeños pasos se llega a la meta.
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